La carrocería de tu automóvil está expuesta a una gran multitud de factores que pueden ocasionar pequeños daños, como abolladuras, rasguños o desprendimientos de pintura. Si bien algunos daños requieren una intervención profesional, existen pequeñas reparaciones que tú mismo puedes hacer de manera efectiva. Hoy, en el blog de Sánchez Martí, te las enseñamos.

 

Rasguños superficiales

La alternativa más básica y barata para quitar rasguños superficiales es el rotulador. Con este objeto, puedes pintar el rasguño para que no se note su presencia. Es posible utilizar cualquier rotulador, pero también puedes encontrarlos especializados en diferentes tiendas. Recuerda que debe tener un color idéntico al de la carrocería para que quede disimulado.

Otra opción es el uso de un paño impregnado de pulimento. Limpia primeramente el área afectada y después frota el paño de manera repetida hasta que los rasguños queden cubiertos. Esta opción solo sirve para arañazos poco profundos.

 

Pequeñas abolladuras

Un desatascador es un objeto útil para desatascar las abolladuras pequeñas. Rocíalo con agua y empuja y tira hacia fuera hasta que salga. Asegúrate de que utilizas un desatascador de taza y no de brida.

También puedes comprar un desabollador de ventosas. Con esta herramienta, humedece la superficie afectada con agua y coloca la ventosa sobre la abolladura. Después, tira hacia fuera con fuerza.

Si la abolladura se encuentra en un parachoques de plástico, tira agua hirviendo sobre la zona afectada para ablandar la rigidez del plástico. Mete la mano por detrás del parachoques y coloca la abolladura con un golpe rápido. Esta debería eliminarse rápidamente debido al calor del agua.

 

Desprendimiento de pintura

Reparar la pintura desprendida es posible. Compra una lija de grano fino de 1200 y 1500 y lija la zona que vas a trabajar con movimientos circulares para eliminar cualquier residuo de pintura suelta. Cuando termines de lijar, vuelve a limpiar la zona.

Posteriormente, utiliza un spray de pintura con un color parecido al de tu carrocería. Para ello, puedes consultar el código de color que suele estar en una placa adherida al bastidor o consultar a un taller.

Una vez secada la pintura, usa un trapo de microfibra para pulir y encerar la zona. Finalmente, aplica un sellador para proteger la pintura de factores externos.

Siguiendo esta guía, podrás reparar pequeños daños de tu automóvil para que este luzca mucho mejor. Recuerda que si los daños son más graves, debes consultar a un profesional para evitar complicaciones adicionales. En Sánchez Martí somos expertos en reparación mecánica, chapa y pintura. Si necesitas más información, no dudes en contactarnos. Estaremos encantados de recibirte.

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